Sin concenso

... y ya hera casi mediodía, pero faltaba un 30%, porque, según el estatuto, para aprobar la moción tiene que firmar el 80% del total de los empleados, incluyendo los del escalafón superior, pero como ya sabemos las internas se cocinan abajo!.
Para esta hora el agitador tenía la cara enrojecida de furor, y como siempre su berborragia estaba fuera del horario de protección del menor...; en el momento en que Juárez cerró la puerta saliendo con la excusa de buscar agua del dispenser, este movió su bífida lengua :_ que este maricón!, que se caga en los pantalones!, que le faltan huevos!, y otros tantos comentarios y adjetivos irreproducibles.
En realidad no estoy segura de las sospechas en cuanto a su virilidad, para mí su actitud pasa por una timidez extrema, incluso frente a la vida misma! de ese tipo que llega al punto de ocultar las emociones sin cambiar de expresión, el calor no lo hace sudar ni el frío temblar, es una especie de autista; es notable la diferencia de temperamentos a la hora de cerrar las puertas..., cuando Juárez pasa el dintel nadie levanta la cabeza, no sabemos si va o viene, porque sus sedosas manos ejecutan la acción con sigilo de gato. En cambio! cuando se trata del agitador atravesando puertas se estremecen hasta las paredes, golpea la débil placa de madera con tal estruendo haciendo que el aire se agite como brisa y todos perdamos la concentración de nuestras tareas.
Otro caso es el abre y cierra puertas de la chismosa, que suspicacia! con sus veinte pulseras de metal y acrílico en sus sinfonías de agudos y graves respectiva mente de modo que todos nos percatemos de su presencia anunciada y dejemos comentarios, sornas y demás no sea cosa que al dispersar los chimentos le hagamos responsable a ella, como si no supiéramos que es la lleva y trae. A veces pienso que le dedica horas al entrenamiento en su casa porque:_ como hace que no suenen cuando nos encuentra desprevenidos en nuestras charlas? y como logra que la puerta que supuesta mente cerró quede entreabierta? si, no hay dudas, lo de ella es profesional y claro está que es parte del 30% que aún no firmó.
Yo en cambio, paso las puertas como la mayoría de los cristianos y saludo al llegar con un Buen Diiiaa! que solo responden en Navidad y a decir verdad yo tampoco firmé, si me descuentan un día no pago la factura del gas, amén de la intensa jornada doméstica que me espera, con desayunos en la cama y los tres menús que me pedirán uno para cada gusto y paladar y que llegaré a la hora de la merienda lavando la vajilla y así sin terminar ni empezar no! prefiero la voz de mi jefe en el parlante requiriendo mi presencia y esa angustiosa ansiedad que me provoca el no saber si es para regañarme, para felicitarme o quizá porque no! el esperado ascenso. Hablando de meriendas y rencillas solo faltan 15 minutos para la salida, mejor así me hago la distraída, ordeno mis cosas y me voy sin firmar, total por hoy no hay concenso.