Otra de la Oficina III ( Zapatos Prestados)

Después del incidente con Don Adonis he quedado expuesta en mi femineidad, parece que hasta entonces nadie recordaba que estoy viuda hace muchos años. De pronto he debido poner más atención a mi aspecto personal, como decía la abuela... no hay mal que por bién no venga!. Saqué del placard toda la ropa de la estación y seleccionado: lo pasado de moda, para dar; lo repetido para alguna conocida y así y así, he renovado por prendas más audaces y comprado zapatos 1 o 2cm. más altos; también retomé mis clases de yoga y hasta he pasado por la peluquería, sin tirar la chancleta! manteniendo mi estilo,solo que más prolijo y un tono menos en el color. La anécdota es, que todos en el trabajo conocemos nuestra casilla que lleva en común el dominio con el nombre de la empresa, y aún compartiendo el mismo hambiente nos comuniquemos por esta vía, solo por comodidad y administración del tiempo, pero hoy, me llegó un mail personal de Bonetto, él esta en Recursos Humanos por lo que no tenemos gran contacto pero sospecho que La lleva y trae atraviesa puertas de otras dependencias con sus chismes!, esto a colación del texto, que decía:_ Una linda mujer como vos se merece momentos de alegría y placer y si me lo permitieras,yo, con gran gusto te los dispensaría, sería un honor y sueño realizado y bla bla bla ...
Con resentimiento recordé la filosofía de Adonis, volví a sentirme objeto,y una melancolía me inundó,sin tanto como para reaccionar.
... Como de algún modo siento el apoyo de mis compañeras, me atreví a pedirle a la gordita simpática de RRHH, que por favor me averigue el estado civil de B; confirmadísimo!!, está casado!.
Para responder a su invitación use su misma vía de comunicación, discreta, silenciosa y sin implicancias, el mail decía así: El sábado pasado tenía una fiesta, ropa no me faltaba pero sí, zapatos adecuados, por lo que recurrí a una amiga que me prestó unos hermosos al tono con el vestido de modo que lucí bién ante todos. Al llegar la medianoche incluso antes del baile, ya no los soportaba, me ajustaban los dedos del pié tanto que me fue imposible disimular. Corolario: para mí, la relación con un hombre casado es así, como un par de zapatos prestados!, pueden ser los más bellos, pueden hacerte sentir una reina, pero nunca te calzarán bién o te ajustan o son olgados nunca será tu horma y lo peor, lo peor, es que siempre más tarde o más temprano, indefectiblemente, deberás devolver porque nunca serán tuyos. Solo pudo ofrecerte mi amistad con la virtud que sé escuchar, cuéntame lo que desees y las aventuras, búscalas en otro lado. Siempre compañeros," Yo"

1 comentario:

Anónimo dijo...

waooo , me reí con la historia y la respuesta que diste , es verdad a la final hay que devolverlos jajaj, no había escuchado algo así antes, pasé por tu blog , me gusta , te invito a que pases por el mio y dejes sugerencias , soy muy nueva apenas de dias y quiero hacerlo cada dia mejor
un abrazo